Por: Juan Carlos Cayupe
Una tarde de verano en el Cercado de Lima, Joao, un muchacho de ocho años, vestía un jean y un polo con diseños. Se dispuso a invertir los cinco soles que su abuelita le facilitó.
Joao vivía en medio de ambulantes y comerciantes del conglomerado centro comercial de Jr. Puno. Él no contaba con buena economía, ya que su padre había abandonado el hogar desde que nació. De allí que siempre anhela tener juguetes, ropas y gustitos. Una tarde, su abuelita le dijo:
- Te daré cinco soles para que compres bolsas para paquetes en el Jr. Cusco, en la sección de plásticos.
Así que, Joao fue a comprar las bolsas buscando las más bonitas y coloridas. Las colocó entre sus brazos. Se dirigió a la primera tienda para su primera venta.
Y así, Joao pudo iniciar la experiencia de vender. Cuando de pronto solo le quedó una bolsa. Nunca pensó que vender la última resultaría más difícil, pero se dio cuenta que era momento de compras más bolsas.
De ese modo, Joao adquirió la habilidad de invertir y ganar. Pudo ahorrar y ahora se compraba algunas prendas y juguetes.